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domingo, 4 de junio de 2017

"This is for Allah!". Continuación de la barbarie en Inglaterra.


Lo consiguen: el pánico se ha instalado en la sociedad y ellos juegan con esa psicosis. Ellos, cuyo único fin es destruir nuestra civilización; nuestro modo de vida; nuestra forma de pensar. Lo entregan todo por un dios que aprueba la barbarie, fomenta el odio y propicia el fanatismo. Da igual a quién y contra quién: niños, ancianos, turistas, cantantes...; personas con su tiempo y sus destinos; ilusiones y proyectos truncados en esta ruleta rusa. Todo porque un dios, en sus manos cruel, mortífero y vengativo creado a imagen y semejanza de un grupo de cabreros medievales expansionistas y avivado con la mecha del radicalismo más intolerante, parece regocijarse ante la sangre, visto que los ataques se perpetran siempre en su nombre.
La vida de tantos, sesgada; ellos ya no podrán hablar. Por el camino, un ejército de viudos; huérfanos; discapacitados; afligidos que expresan en silencioso y desgarrador grito, traducida a varios idiomas, la misma pregunta: "¿por qué?".
Nada justifica tal horror; no existe ninguna razón, ninguna ideología, ningún credo que avalen el asesinato y el vacío de parientes y amigos destinados a vivir con esa rémora para siempre.
Una vez más lloramos con las víctimas. Las abrazamos sin estar, guardamos minutos de silencio que no arreglarán nada y, aun conscientes de la inutilidad de nuestro esfuerzo, escribimos furibundas y vehementes líneas de repulsa. Mientras tanto, el Daesh sigue apretando las tuercas de esa máquina del horror.
Me cuesta pensar que son seres humanos: personas también con sus proyectos, ilusiones, familias. Algún día fueron niños y jugaron, rieron, se alegraron. Alguna vez abrazaron y amaron, y se vieron abrazados y amados..., ¿o no? ¿Sienten ahora afecto por algo o por alguien? ¿Son sólo instrumentos de matar?
Suplicante, bañada en lágrimas y plena de conmoción vuelvo a pedirles que lo dejen, que se detengan. Mi mudo ruego, proferido en silencioso y desesperado llanto, dice: "¡basta, basta, basta!".

10 comentarios:

  1. Y siguen, y siguen, y no paran... es increíble, indignante, vergonzoso, lamentable, en fin... cada uno que lo llame como quiera...
    Eso sí, creo que calificar de mortífero o malébolo al Dios en el que, supuestamente, esa gentuza cree, tampoco nos conduce a nada.
    Bien es cierto que, en muchos de sus postulados, la doctrina islámica deja bastante que desear, pero todo depende también de la mentalidad de cada persona.
    Y honestamente, me niego a pensar que todos los musulmanes vean bien estas acciones tan macabras, tan siniestras...
    El problema es que los moderados, por así decirlo, no se hacen escuchar... y un grupo de animales, porque no se les puede llamar personas, son los que se apropian del pensamiento y la doctrina para llevar a cabo estos terribles ataques...
    Sería bueno llegar hasta la raíz del problema, es decir, saber cómo y por qué hemos llegado a este punto... es tristísimo que, en pleno Siglo XXI, las cosas estén así...
    Es responsabilidad de todos intentar estudiar a fondo el asunto y buscar, si es que las hay, soluciones para pararlo... y cuando digo que es responsabilidad de todos me refiero no sólo a los políticos o a los líderes religiosos, que deberían ser los primeros en hacer algo, sino también a los propios ciudadanos, a todos nosotros, bueno sería intentar convivir pacíficamente entre todos.

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  2. En ningún momento he dicho que todos los musulmanes vean bien los atentados; es una minoría radical. Lo que quiero expresar es que ha de tratarse de un dios muy mortífero y sanguinario aquél en el que creen esos depravados, pues matan en su nombre.
    En el Corán se justifica la Guerra Santa: aniquilar a infieles..., ya depende de cómo lo interprete cada uno. Para el Daesh, está plenamente justificada la barbarie y su dios la arpueba.

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  3. Rocio, supongo que es un Dios tan mortifero y sanguinario como el nuestro, cuando en su nombre se hacían las barbaridades que se hacían, y no hablo solo de masacres, sino de la inventiva escalofriante en los aparatos de tortura. :-(
    En mi opinión...Dios y la religión son solo pretesto para dar rienda suelta a nuestros mas oscuros instintos.

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  4. Totalmente de acuerdo, Elisabeth. Los cristianos no nos quedamos atrás: ¡que la Inquisición desapareció en el XIX! Cuando hablo de las barbaries en nombre de Dios, lo hago en general; de todos los dioses erigidos como escudo mortífero; como pretexto para la ambición y el dominio. Repito: ¡ningún credo, ninguna ideología justifican la tortura, la coacción y el asesinato!!!

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  5. Pienso que lo más importante como seres humanos, es no pasar de largo ante la barbarie perpetrada por otros seres humanos
    Quizás no podamos hacer otra cosa que buscar razones para entender el porqué y al menos desahogar el dolor, el miedo, el desamparo, la rabia ... y porqué no!!!deseo de venganza y odio, al fin y al cabo también son emociones humanas.
    Quizás desde el reconocimiento de su existencia en nosotros mismos, aprendamos a negociar con los odios y venganzas de otros seres humanos y buscar lugares de entendimiento, respeto y búsqueda de nuevos estilos de convivencia.
    Pienso tambien, que tenemos que permanecer alerta para no caer en la XENOFOBIA, que es la respuesta más fácil y visceral al FANATISMO islámico, en el contexto actual.

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  6. ...Y sé que de mí hablaste mal el año pasado.
    ¿cómo pude hacerlo si no había nacido? Dijo el cordero, Aún mamo de mi madre.
    Si no fuiste tú, seria tu hermano.
    No tengo.
    Pues fué uno de los tuyos:
    Porque no me dejais tranquilo,
    Vosotros, vuestros pastores y vuestros pueblos.
    Me lo han dicho: tengo que vengarme.
    Más arriba, al fondo de los bosques
    Se lo lleva el lobo, y luego se lo come
    Sin más juicio que ese.

    La Fontaine
    Fábulas completas, Edicomunicación, Barcelina 1999

    Con esta fábula comienza el libro:"El discurso del odio" de André Gluchsmann, gran filósofo francés.

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  7. Muchas gracias, María Jesús. Ha muerto Ignacio Echeverría, El español que dio su vida por enfrentarse a los terroristas. Todo un ejemplo de valentía. Desde aquí lo lloro y envío mi pésame a familiares y amigos. ¡No hay derecho! ¡Todo por unos fanáticos!

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  8. Isabel, tu comentario parece haber desaparecido. Estoy de acuerdo: las religiones monoteístas excluyen con vehemencia cualquier otra posibilidad Los argumentos indemostrables que se niegan a admitir contraargumentos y se enquistan en la sorda sinrazón tienen un índice elevado de peligrosidad y fanatismo.

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